Diferencia entre camello y dromedario

Muchas personas creen que los camellos y los dromedarios son el mismo animal, pero lo cierto es que existen algunas diferencias básicas entre ambas especies que los convierten en animales muy distintos. Sigue leyendo para conocer en qué se diferencian los camellos y los dromedarios de la mano de los mejores expertos en animales.

Principales diferencias entre camellos y dromedarios

Sin duda una de las principales diferencias entre camellos y dromedarios radica en su aspecto físico. Mientras los camellos tienen un tamaño más pequeño, los dromedarios son más grandes. Estos últimos son más altos porque tienen las patas más largas como mecanismo de defensa para poder evitar el calor que transmite el suelo de las zonas en las que habitan.

De esta forma, mientras los camellos no suelen medir más de metro y medio, los dromedarios pueden llegar a alcanzar con facilidad los dos metros de altura. En cuanto al peso, la cuestión es diferente, porque los camellos, aunque son más pequeños, suelen pesar más que los dromedarios.

Por otro lado, otra de las diferencias básicas entre camellos y dromedarios radica en el carácter de ambos animales. Los dromedarios suelen tener reacciones bastante agresivas, mientras los camellos son más tranquilos que los anteriores. Si bien los dromedarios sólo reaccionan de manera impulsiva cuando son molestados, los camellos no suelen presentar reacciones agresivas ni siquiera en compañía de seres humanos.

Las 5 diferencias entre camellos y dromedarios

A continuación pasamos a enumerar algunas de las principales diferencias a tener en cuenta entre camellos y dromedarios.

1. Un origen diferente

La primera de las diferencias que debemos tener en cuenta entre los camellos y los dromedarios es que su origen es diferente. Las dos especies forman parte de la familia de los camélidos, junto con las vicuñas, las alpacas, las llamas y los guanacos, pero dentro del género camélidos podemos encontrar tres especies diferentes. La primera es el dromedario, la segunda es el camello asiático o el camello bactriano y la tercera el camello salvaje, la única especie que no ha podido domesticarse.

Los dromedarios tienen su origen en la Península Arábica, aunque más tarde se extendieron por todo el norte de África, por el este de Asia y por Australia. En cambio los camellos (las dos especies mencionadas) son originarias de Asia central, de las zonas esteparias del altiplano asiático y de las zonas desérticas, sobre todo de las zonas que se ubican entre Mongolia y China, como el popular desierto de Gobi.

2. Distinto pelaje

Otra de las diferencias básicas entre los camellos y los dromedarios radica en su pelaje. Mientras los dromedarios suelen tener el pelo corto y bastante uniforme por todo el cuerpo, con lo que están mejor adaptados a las altas temperaturas del desierto árabe, los camellos tienen el pelo más largo, y lo van mudando durante el año. Al tener el pelo espeso se protegen mejor del frío, ya que en el altiplano asiático en invierno las temperaturas bajan de los cero grados.

Ahora bien, al llegar la primavera mudan el pelo largo y lo cambian por un pelo más corto que les permite soportar las altas temperaturas, que pueden llegar a los cincuenta grados en los meses de verano. De esta manera, es posible diferenciar a los camellos y a los dromedarios teniendo en cuenta su pelo y la zona en la que habitan, estos animales son totalmente diferentes en este aspecto, ya que han evolucionado para adaptarse de manera eficiente a la zona en la que han habitado originariamente, aunque después se hayan extendido a otras zonas del mundo, en muchos casos debido a la intervención de los seres humanos.

3. Las jorobas son distintas

Por otro lado, también es posible diferenciar a primera vista a los camellos y a los dromedarios por sus jorobas. Las jorobas o gibas son uno de los elementos que suele caracterizar a los camellos y a los dromedarios, aunque en ambos animales su tamaño y disposición es diferente. Los camellos tienen dos jorobas, mientras que los dromedarios solamente disponen de una joroba en la zona superior de su cuerpo, con lo que a primera vista ésta es la forma más sencilla de detectar que se trata de especies distintas.

Como nota curiosa, cabe reseñar que en las jorobas los camellos y dromedarios almacenan tejido graso que les sirve de depósito energético y les permite sobrevivir en desiertos y estepas, además, les protege del frío y les ayuda a no perder calor en los meses más fríos. También les sirve para poder sobrevivir sin beber hasta cinco días, e incluso semanas en las estaciones más frías.

4. Su carácter

Como indicábamos en la introducción, el carácter de los camellos y de los dromedarios también es diferente. Si bien menos el camello salvaje las otras especies han sido domesticadas, lo cierto es que los dromedarios son mucho más agresivos si se sienten molestados, en comparación con los camellos. Ahora bien, aunque los camellos son más dóciles, son menos aptos para transportar personas porque tienen una morfología menos apta para este tipo de tarea.

De esta forma, es interesante tener en cuenta que no suelen ser animales que ataquen o muestren reacciones violentas en ningún caso si no son molestados, pero en el caso de los dromedarios, se debe tener cuidado porque si se sienten agobiados o amenazados sí pueden llegar a atacar. Por contra, es bastante complicado llegar a molestar tanto a un camello como para que presente una reacción violenta, y se han registrado muy pocas de ellas según los expertos.

5. También cambia su tamaño

Finalmente, otra de las diferencias básicas entre los camellos y los dromedarios es su tamaño. Los dromedarios son la especie más grande dentro del género de los camélidos, aunque son más finos que los camellos. Suelen medir más de dos metros de altura, mientras que los camellos suelen rondar el metro cincuenta, pero tienen unas extremidades mucho más robustas. Los dromedarios son mucho más altos y ligeros, y es por este motivo que son capaces de alcanzar velocidades muy superiores a las que pueden conseguir los camellos.

Diferencias entre dromedarios, camellos y llamas

Tanto los dromedarios como los camellos y las llamas forman parte de la familia de los camélidos, pero todos ellos se han adaptado de manera diferente a los ambientes en los que viven. A continuación pasamos a revisar algunas de las diferencias principales entre los dromedarios, los camellos y las llamas, todos ellos animales que forman parte de la misma familia, pero que cuentan con diferencias muy significativas en su aspecto físico, su carácter, su manera de comportarse y las características de su apareamiento y período de gestación.

De esta manera, mientras las llamas viven en las montañas frescas y secas, sobre todo en la zona de América del Sur, los camellos viven en las estepas y los dromedarios son camélidos con un origen diferente, que viven en el desierto y en diferentes zonas de la península arábiga. El cuerpo de los dromedarios es el más alto y ligero, mientras que los camellos son algo menores en altura en comparación a los dromedarios, pero más pesados que éstos, y las llamas son las más pequeñas y ligeras, con un cuerpo mucho más adaptado a las zonas de América del Sur de las que son originarias.

Los camellos tienen la cola más larga y las cejas más tupidas y largas que las llamas, así como sus fosas nasales son sellables para protegerse del ambiente en el que han ido evolucionando, mientras que las de las llamas no lo son por no resultar necesario para su supervivencia en su zona de influencia.

Del mismo modo, las llamas son animales que destacan por contar con una capa gruesa de piel, en comparación con los camellos y los dromedarios, que suelen contar con pelajes más finos (o largos en el invierno, en el caso de los camellos, pero que mudan en los meses de verano para poder hacer frente a los climas cambiantes de las estepas en las que habitan).

Otra de las principales diferencias entre los camellos y dromedarios y las llamas es que los dos primeros tienen jorobas con funciones que explicábamos en el punto anterior, mientras que las llamas no las tienen.

Las orejas de las llamas son largas, con una característica forma de plátano, mientras las orejas de los camellos y de los dromedarios suelen ser más cortas. Además, los camellos tienen pelos largos en las orejas, mientras que las llamas carecen de ellos.

En cuanto a los pies, las llamas cuentan con pies estrechos y tienen los dedos separados, mientras que los camellos tienen los pies anchos, y sus dedos están conectados por una especie de red resistente y acolchada.

En cuanto a su período de apareamiento, cabe reseñar como nota curiosa que el de la llama es largo, mientras que su período de gestación es corto. Del mismo modo, los camellos tienen un período de gestación largo, y un período de apareamiento más corto que el de las llamas, por lo que son especies totalmente diferentes en este aspecto.

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